¿Alguna vez te han nombrado cabrona, perra, zorra, etc.? Estos calificativos asociados con lo negativo e indeseado del ser mujer, suelen utilizarse cuando una mujer es exitosa, segura de sí misma o despierta envidias o recelos. Bueno, pues después de leer por segunda vez el libro Manual de la perfecta cabrona de Elizabeth Hilts, he querido hacer una reflexión sobre el mismo, pues este libro y el siguiente que lo amplía titulado ¿Por qué los hombres aman a las cabronas?, pues son libros de amplía divulgación y al promover la idea de que las mujeres seamos unas cabronas, considero que este concepto merece una particular atención. Teniendo esto en cuenta, ¿qué es ser una cabrona?, la autora lo define como una mujer asertiva, segura de sí misma, que se ama y se sabe respetar, que no teme a expresar su opinión sin herir a nadie, que cuida de sí misma y que por tanto, al vivir en una sociedad que teme a este tipo de mujeres, fácilmente será calificada como cabrona (en inglés bitch). La autora destaca que las mujeres tenemos en nuestro interior una cabrona y que al dejarnos llevar por las exigencias sociales, la mayoría de veces pasamos por encima de nosotras mismas. Para dar ejemplos de esto, cuenta anécdotas propias en relación a quedar plantada cuando un chico no llega a la cita o en ocasiones en que hacemos favores a los demás, que nos pusieron en muchas dificultades y a los que debimos decir que no. Así, a lo largo de diez capítulos titulados: 1) Encanto tóxico, 2) Conoce a tu cabrona interior, 3) Un epíteto atrevido, 4) Podemos hablar, 5) La cabrona en la cama, 6) Maravillosa comida, 7) La vida cotidiana, 8) Política personal, 9)Fuerza de trabajo y 10) Encuentros cercanos, más tres anexos titulados: A) La cabrona que hay en toda mujer, B) …y los hombres que las aman; y C. Cabrona en 10 minutos; nos recuerda la importancia de dejar de lado el encanto tóxico que nos enseñan a las mujeres en las que se nos exige ser delicadas, educadas, respetuosas y a temer expresar nuestra opinión personal por temor a ser llamada “cabrona”, aprendiendo a decir “yo creo que no”, respetando nuestra opinión y poniendo límites a los demás, que no los hagan sentir heridos, sólo rodeados de opiniones diferentes. Acompañado de esto, se hace un reconocimiento a la importancia del trabajo en equipo y a la importancia del ser cabrona tanto para sí misma como para el bienestar social (igualdad entre mujeres y hombres tanto a nivel político como publicitario, pues la cabrona reconoce los mensajes sexistas y los deja de lado), por lo que el pensar y actuar como cabrona beneficiará a todos en general.
Así, dentro de los temas tratados por esta autora, cabe destacar cuatro temas: Primero, la relación con otras mujeres, pues se destaca la importancia de la confidencialidad propia de las amigas mujeres y que puede ser usado como un grupo de apoyo para el auto reconocimiento y apoyo mutuo. Además, en cuanto a la competencia con otras cabronas, destaca su importancia para hacerse más fuerte y conocerse a sí misma, aunque considera que es posible una relación distante debido a que cada una asumirá con convicción sus propias ideas (de igual forma, aunque ser cabrona signifique defender tus propias ideas, eso no significa que por serlo no se escuchen ni respeten las opiniones de las demás, sólo se busca el participar a los demás de nuestros pensamientos, para ser reconocidas y a su vez elevar nuestra autoestima y autoreconocimiento); Segundo, la relación de pareja, tema fundamental, pues es en este tipo de relaciones donde las mujeres suelen ceder más, dejando de lado sus propias convicciones y en últimas sí mismas. La autora destaca que siendo cabronas nos auto apreciaremos y a su vez esto traerá el aprecio y respeto del hombre que está a nuestro lado. Un punto esencial sobre este tema es que así como se destaca la importancia de que las mujeres saquen a la luz su cabrona interior, en los hombres se hace importante el sacar a su príncipe interior, que lejos del concepto de príncipe azul, se caracteriza por asumir de verdad toda su parte de responsabilidad en la crianza de los niños, entender por qué los anuncios de cerveza son ofensivos, compartir la preparación de la comida, asumir a la mujer como capaz, ofrecer estímulos más que consejos, y reconocer tanto lo que sabe, como lo que no, asumiendo sin vergüenza su ignorancia en algunas cosas. Tercero, la relación con la comida, pues antelas exigencias de un cuerpo perfecto, las mujeres nos olvidamos de comer adecuadamente. La autora plantea que la cabrona reconoce que alimentos le convienen y cuáles no, y no se tortura con dietas, pero tampoco con excesos, busca un equilibrio que la haga permanecer saludable. Y por último, la relación con la sociedad en general, referente a ámbitos que mencioné con anterioridad como la política pública, el trabajo, la publicidad, etc. en donde el ser cabrona irrumpe e incómoda, pero genera éxito, compromiso y equidad social.
Este libro resulta interesante, pues de manera didáctica, humorística e irónica transmite un mensaje a las mujeres de autorespeto, y a su vez reconoce en los hombres un potencial de príncipe que genera unas mejores relaciones de pareja, y en últimas, mejores relaciones sociales. Debo reconocer que aún no me siento cómoda con las palabras cabrona, ni príncipe, sin embargo, los significados atribuidos por la autora pueden tener una trascendencia social que permitan la igualdad y la armonía en las relaciones cotidianas. Por ser un libro de divulgación, es probable que no se ahonde en ciertas cuestiones, sin embargo, reconozco que de manera sencilla esta autora impulsa el cambio individual para a partir de esto promover el cambio social.
Para finalizar, aquí recopilo algunas de las frases que la autora cita al inicio de sus capítulos y que seguro pueden resultar de inspiración para sacar las cabronas que llevamos dentro:
“Teníamos tanto en común: yo lo amaba y él se amaba a sí mismo”. SHELLEY WINTERS
“Ninguna mujer es toda dulzura” MADAME RÉCAMIER
“Hasta que no pierdes tu reputación, no te das cuenta de lo pesada que era ni de lo que es realmente la libertad” MARGARET MITCHELL
“Sólo empiezan a llamarte cabrona cuando alcanzas el éxito” JUDITH REGAN
“El lugar de la mujer está en la casa,el senado y el despacho presidencial”. ANÓNIMO
“Estoy en el mundo para cambiar el mundo”. MURIEL RUKEYSER
“Macho no significa mucho”. ZSA ZSA GABOR
Amarga